Preguntas y respuestas: ¿los perros pueden percibir la tristeza y ayudarnos a regularnos?

La terapeuta de Brooklyn y fundadora de Third Nature Therapy explica cómo los perros "corregulan" con nosotros. Junto con la experta de PawChamp, Julie Goldberg, explora qué es lo que realmente perciben nuestras mascotas en días en los que estás ansioso o triste y sugiere pequeñas rutinas calmantes para los perros. Además, descubre cómo PawChamp te ayuda a convertir esos aprendizajes en logros diarios para la ansiedad de tu perro y la tuya propia.

Cuando tus llaves repiquetean y tu respiración se acelera, muchos perros registran el cambio, a veces con esa inclinación de cabeza inquisitiva, a veces siguiendo cada uno de tus movimientos.

Julie Goldberg, MA, LMHC-D, combina la terapia somática, EMDR y la psicoterapia asistida con ketamina para ayudar a los clientes a restablecer el equilibrio del sistema nervioso, y ve a diario cómo las personas y sus perros se sincronizan, a veces de forma hermosa y otras de maneras que amplifican el estrés.

Para los lectores de PawChamp, le preguntamos a Julie si los perros perciben la depresión, cómo estabilizar ambos sistemas en el momento y cómo integrar la regulación en la vida cotidiana.

Julie Goldberg: Los perros y los humanos co-regulan; nuestros sistemas nerviosos tienden a sincronizarse. Si una persona se siente ansiosa, su perro lo percibe y suele igualar ese nivel de energía y activación. Es posible que un perro note la depresión en una persona, pero el nivel de energía en el sistema nervioso de alguien deprimido es mucho más bajo, así que lo más probable es que el perro también se muestre más calmado y letárgico.

Experto de PawChamp: Los perros perciben las emociones, pero yo no diría que los perros diagnostican nada. Ellos se dan cuenta de los cambios en nuestra activación, rutina y participación. Esa es información sobre el vínculo humano-perro, no un diagnóstico. Esto nos lleva a la pregunta que todos los dueños quieren saber: ¿los perros pueden notar la tristeza y la depresión?

Julie Goldberg: En la vida diaria, los perros perciben tanto los tonos de voz como los movimientos. Piensa en cuando te emocionas al saludar a tu perro y elevas la voz; casi siempre, tu perro también se emociona y aumenta su energía. Lo mismo pasa con la ansiedad; si tienes la voz más aguda, es posible que tu perro se active más. Si una persona se está moviendo rápido y le cuesta tranquilizarse, el perro también se va a activar y moverse por todos lados.

Experto de PawChamp: Cambios en la rutina, como dormir hasta tarde o saltarte los paseos, también les señala que algo no está bien. Los perros son muy buenos para detectar cambios, pero no son infalibles; el contexto importa y cada perro tiene su propio nivel de sensibilidad. Una vez que entiendes las señales, el siguiente reto es manejar el momento adecuado. Los perros pueden reaccionar de una manera ante un aumento repentino y de otra frente a una bajada que dura más tiempo.

Julie Goldberg: Yo llevo a mi perra a mi consultorio de terapia. Cuando los pacientes se emocionan al verla y van rápido a acariciarla, ella se activa y se emociona más. Si llegan tranquilos y no la saludan, ella se queda tranquila y contenta.

Experto de PawChamp: Ante un pico repentino, muchas veces puedes ver que tu perro te sigue de cerca, camina de un lado a otro, vocaliza o busca contacto. Cuando el estado de ánimo bajo es más largo, muchos perros se adaptan a ese ritmo más tranquilo contigo. Claro, notar estos patrones solo sirve si tienes un plan para los momentos difíciles en casa.

Julie Goldberg: Si tú como dueño sientes un aumento de ansiedad, puedes trabajar para calmar tu propio sistema nervioso. Esto puede ser tan simple como sentir tus pies en el suelo y tomar unas respiraciones profundas. También puedes usar a tu perro para ayudarte a relajarte, enfocándote en acariciarlo despacio y largo, notando la sensación de su pelaje bajo tu mano y llevando tu atención y consciencia a la conexión con tu perro.

Experto de PawChamp: Esa conexión consciente de tu mano con el pelaje de tu perro los aterriza a ambos. Si tu perro está muy alterado, guíalo a su tapete o lugar familiar y mantén tus movimientos lentos y predecibles. Algunos perros se tranquilizan más rápido con un reinicio del nervio vago. Toca a tu perro de forma lenta y predecible, sincronizando con tu respiración, y realiza suaves caricias en su oreja o mejilla, mientras haces exhalaciones largas. Si te ayuda tener una guía en el momento, PawChamp incluye un reto guiado para el reinicio del nervio vago que puedes seguir en tiempo real.

Julie Goldberg:

1. Un hábito que puedes adoptar como tutor de perro es comprometerte a salir a caminar sin tu celular. Conectar con el entorno y, al mismo tiempo, conectar con tu perro. Escucha el sonido de los pájaros, los árboles y la tranquilidad de la naturaleza. O, si vives en la ciudad, ayuda a tu mente a orientarse con los sonidos urbanos a tu alrededor. Aprender a pasar tiempo al aire libre con atención plena, conectando de verdad con tu cuerpo y con tu perro, ayuda a relajarlos a ambos.

2. También puedes tomar un momento para empezar tu día conectando con tu perro cada mañana. Date permiso de sentir la gratitud y la paz que vienen con este compañero tan especial. Comenzar el día con esta sensación de tranquilidad es una gran manera de permitir que tu cuerpo se sienta en calma. 

Experto de PawChamp: En días tranquilos, hazlo un hábito: sal a caminar sin el teléfono y luego realiza un reset del nervio vago de 90 segundos que puedes seguir como un video corto en la app de PawChamp, antes del desayuno. Si lo practicas de forma regular, enseñará a tu perro cómo se siente “bajar el ritmo”, así los momentos ocupados serán más fáciles para los dos. También hay un tema de límites aquí: cómo mantener el vínculo fuerte sin que tu perro tenga que cargar con el peso de tu manejo emocional.

Julie Goldberg: Una de las cosas más útiles que puedes hacer como tutor de un perro es enseñarle que atenderás tus propias necesidades antes de atender las suyas. Aunque esto puede sonar contradictorio para muchas personas, ayuda mucho a establecer límites saludables a largo plazo. Aprende a priorizar tu autocuidado y después, cuida a tu perro. Si tú estás feliz y tranquilo, eso también se reflejará en tu perro. Establecer límites sanos y crear una rutina con tu perro fortalece el vínculo entre los dos.

Experto de PawChamp: Pon atención a las señales de alerta:

• si tú o tu perro no pueden tolerar la separación;

• si tu perro muestra angustia creciente (destrucción, vocalizaciones constantes) o reactividad;

• si tu ansiedad te lleva a evitar tu vida cotidiana.

En esos momentos, es importante involucrar a un terapeuta para ti, y a un entrenador de refuerzo positivo o un etólogo veterinario para tu perro. Si te gusta la estructura y las sugerencias amables, PawChamp convierte estas ideas en pequeños hábitos repetibles—por ejemplo, paseos guiados sin celular, rutinas para relajarse en el tapete y chequeos tranquilos—para que la autorregulación no sea solo una solución de una vez, sino una práctica diaria.

Tu perro no es una herramienta de diagnóstico; es tu compañero para encontrar la calma. Cuando logras calmar tu cuerpo y simplificar tus señales, la mayoría de los perros te siguen. Los pequeños rituales mantienen fuerte el vínculo, y la ayuda profesional oportuna protege a ambos lados de la correa. Si quieres ayuda para establecer esos rituales, PawChamp ofrece lecciones breves y planes respaldados por la ciencia que integran entrenamiento, enriquecimiento, regulación y una suave activación del nervio vago que pueden practicar juntos en tu día a día.

Acerca de la experta

Julie Goldberg, MA, LMHC-D es la fundadora de Third Nature Therapy, un grupo de terapia en Brooklyn que combina terapia somática, EMDR y psicoterapia asistida con ketamina para apoyar una sanación profunda de traumas, ansiedad y sobrecarga emocional. Su trabajo se enfoca en la regulación del sistema nervioso, guiando a las personas de regreso a la seguridad, la resiliencia y la confianza interna.

Nota de la editora: Esta conversación es solo con fines educativos generales y no sustituye el consejo médico, psicológico o veterinario.